Colitis ulcerosa: ¿Cuáles son sus síntomas y causas?

 

La colitis ulcerosa es una enfermedad inflamatoria, crónica e intermitente del intestino grueso (colon) y recto, caracterizada por evacuaciones diarreicas acompañadas con moco o sangre, asociadas a dolor abdominal y otros síntomas sistémicos. A esta enfermedad se le llama también colitis ulcerativa crónica idiopática.

La colitis ulcerosa es parte de las Enfermedades Inflamatorias del Intestino (EII), donde también se incluyen la Enfermedad de Crohn y la Colitis indeterminada, siendo estas distintas por las zonas del intestino afectadas y por las manifestaciones clínicas que presentan.

Síntomas de la colitis ulcerosa

Esta enfermedad se manifiesta en dos grupos etarios principalmente, entre los 15 a 30 años de edad y, luego, entre los 50 a 70 años. Su causa es desconocida, pero existen diversos factores que la pueden desencadenar.

Las evacuaciones aumentan su frecuencia y cantidad con disminución de su consistencia, pueden estar acompañadas de moco y sangre e incluso, material purulento, debido al daño de la mucosa intestinal. La rectorragia (o presencia de sangre roja en las heces) es un síntoma predominante en esta enfermedad. En los casos más severos, la diarrea con sangre puede ser escasa y ocasional hasta tornarse continua e intermitente.

Debido a la inflamación del colon y del recto los pacientes se quejan con frecuencia de dolores, tipo cólicos, los cuales se localizan en la parte inferior izquierda del abdomen.

Otros síntomas gastrointestinales

Otros síntomas que se suelen acompañar a la diarrea y al dolor abdominal son el tenesmo rectal (sensación molesta de querer seguir evacuando a pesar de que el recto este vacío), distensión abdominal y el aumento de los movimientos intestinales que producen molestias estomacales y sensación de gorgoteo.

Pérdida de peso

En adultos se puede producir disminución de peso asociado tanto a la enfermedad como a la disminución del consumo de ciertos alimentos que se evitan con la finalidad de no empeorar los síntomas gastrointestinales. En niños, la pérdida de peso se acompaña de talla baja, lo cual afecta el crecimiento.

En algunos pacientes pueden presentarse episodios febriles debido al paso de bacterias de la úlcera desde el intestino al torrente sanguíneo, generando una respuesta inmunológica que produce fiebre.

Debido a la pérdida de sangre a través de las deposiciones, los pacientes suelen tener anemia acompañada de palidez en la piel.

Se produce como respuesta del corazón a la pérdida continua de sangre y la deshidratación causada por la diarrea sanguinolenta.

Manifestaciones en piel y mucosas

En algunos pacientes se pueden manifestar lesiones tipo úlceras en la piel y en la mucosa oral y nasal. Estas lesiones no necesariamente aparecen junto a los síntomas gastrointestinales, sino que pueden originarse incluso antes de que aparezcan los síntomas colónicos.

En caso de que alguno de estos síntomas se presente de manera persistente, debe acudirse al médico a fin de que realice una correcta evaluación y que precise si se necesita realizar una colonoscopia para diagnosticar una colitis ulcerosa.

¿Cómo diferenciar la colitis ulcerosa de la Enfermedad de Crohn?

Aunque estas dos enfermedades forman parte del grupo de las Enfermedades Inflamatorias Intestinales, ambas presentan diferencias en cuanto a la localización de las lesiones y en sus manifestaciones clínicas.

En la Enfermedad de Crohn, las lesiones pueden aparecer a lo largo de todo el tracto gastrointestinal, desde la boca hasta el ano, por lo que los síntomas dependen de la porción afectada. Además, las lesiones intestinales se intercalan con tejido sano y pueden complicarse con la formación de abscesos, estenosis (estrechamiento de porciones de tracto digestivo) y fístulas (comunicación entre dos segmentos del intestino); lo que no ocurre en la colitis ulcerosa.

Causas de la colitis ulcerosa

Hasta ahora se desconoce la causa exacta de la colitis ulcerosa, aunque se sabe que el sistema inmunológico juega un papel importante en el mecanismo de producción de esta enfermedad puesto que existe componente genético (hijos y familiares directos de pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal tienen más predisposición de padecerla).

Además, existen estudios que señalan que ciertos agentes externos como alimentos o infecciones bacterianas pueden desencadenar una respuesta inflamatoria local que provoca lesión de la mucosa intestinal, la que si no es controlada se puede extender a todo el intestino grueso produciendo una rectocolitis.

Ya instaurada la enfermedad, surgen situaciones que desencadenan o empeoran los síntomas, como el estrés, el cigarrillo, infecciones gastrointestinales, medicamentos como antibióticos y analgésicos, comidas como granos, picante y embutidos.

En virtud de ello, se recomienda a los pacientes que además de cumplir estrictamente el tratamiento indicado por el médico gastroenterólogo, deben mantener una dieta sana y balanceada, consumir agua potable a fin de evitar infecciones intestinales, lavar bien los alimentos y evitar medicamentos que no hayan sido indicados por el médico tratante; en especial, los analgésicos no esteroideos.

 
 

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