Estos son los síntomas y tratamiento para la atrofia vaginal


La atrofia vaginal, también llamada vaginitis atrófica, es uno de los trastornos que se desarrollan por la disminución de los niveles de estrógenos. A menudo afecta a las mujeres menopáusicas, pero también se da en edades jóvenes, sobre todo después del embarazo.

Su característica principal es el adelgazamiento e inflamación de las paredes vaginales, lo cual suele venir acompañado con pérdida de la lubricación. Además, la mujer puede presentar disfunción sexual dado que el coito se vuelve una experiencia dolorosa.

No obstante, hay disponibles varios métodos terapéuticos para paliar sus síntomas, ya que su falta de control puede reducir la calidad de vida. En esta ocasión queremos repasar sus principales síntomas y algunos tratamientos que se pueden tener en cuenta.

¿Cuáles son las causas de atrofia vaginal?

La causa principal de la atrofia vaginal es la disminución de estrógenos que se produce por un cambio hormonal brusco. Por lo general ocurre tras la menopausia y, de hecho, entre un 40% y 60% de las mujeres llegan a experimentar sus síntomas en esta etapa.

Al disminuirse el nivel de estas hormonas femeninas, los tejidos vaginales se tornan más frágiles y pierden los fluidos que los protegen. Sin embargo, no es una condición exclusiva de dicho periodo. La atrofia también se puede presentar durante:

Los años previos a la menopausia (perimenopausia)
Tras la extirpación quirúrgica de ambos ovarios (menopausia quirúrgica)
El tratamiento hormonal del cáncer de mama
Tras la aplicación de radioterapia pélvica para tratar un cáncer
Periodo de embarazo y lactancia

Factores de riesgo
Es importante resaltar que no todas las mujeres que llegan a la etapa de la menopausia sufren atrofia vaginal. A pesar de esto, algunos factores pueden incidir en las probabilidades de desarrollarlo con más seguridad.

Consumo excesivo de tabaco
No haber tenido partos vaginales
Falta de actividad sexual
Tratamientos con fármacos que disminuyen los niveles de estrógenos
Ejercicio físico intensivo
Exposición continua al estrés

Síntomas de la atrofia vaginal
Frustración sexual.
El déficit de estrógenos que se produce en la menopausia o ante ciertas condiciones suele desencadenar una sintomatología variada en cada paciente. En lo que tiene que ver con la atrofia vaginal, afecta la calidad de vida sexual y la salud urinaria. Sus principales síntomas son:

Pérdida de la lubricación natural de la vagina
Dolor o malestar vaginal durante el coito (dispareunia)
Sangrado leve después de las relaciones sexuales
Estrechamiento y acortamiento del canal vaginal
Escozor o ardor al orinar
Flujo vaginal abundante
Picazón e irritación vaginal
Tendencia a desarrollar infecciones urinarias
Incontinencia urinaria
Prolapso vaginal (la vagina pierde su localización habitual)
Diagnóstico de la atrofia vaginal
Una de las partes más importantes para el diagnóstico de la atrofia vaginal es la anamnesis, una entrevista realizada por el médico sobre los síntomas de la paciente. A través de un breve interrogatorio el profesional puede obtener la información necesaria para sospechar de esta enfermedad.

Posteriormente se realiza una exploración física y ginecológica. Primera se introduce un espéculo para poder observar la apariencia de la vagina. En este punto el médico puede determinar si el tejido vaginal está delgado y enrojecido. También puede examinar el cuello uterino y comprobar si hay signos de prolapso.

Otras pruebas que se pueden sugerir son:

Análisis de orina
Examen de equilibrio ácido
Analítica de sangre que incluya el perfil hormonal

Tratamiento de la atrofia vaginal
Una de las grandes preocupaciones de las mujeres con atrofia vaginal son los efectos que produce la patología sobre la vida sexual. Por suerte, hoy en día hay muchos tratamientos que minimizan los síntomas para que no representen un problema durante el sexo o cualquier otro ámbito.

Cambios en el estilo de vida
Ejercicio en la menopausia.
En primer lugar se sugieren una serie de mejoras en el estilo de vida, ya que la mujer debe evitar esos hábitos que afectan su salud vaginal. Asimismo, esto permite adoptar prácticas que son beneficiosas tanto para el control hormonal como para regular el pH de la zona íntima.

Evitar el consumo excesivo de alcohol y tabaco
Adoptar una alimentación saludable
Consumir suplementos de estrógenos
Hacer ejercicio físico regular
Tener una vida sexual activa
Incrementar el consumo de agua o bebidas saludables
Tener buenos hábitos de higiene íntima
Evitar el uso de perfumes o jabones irritantes

Tratamiento no hormonal
La aplicación de algunos tratamientos no hormonales no consiguen reducir la atrofia de la pared vaginal, pero sí minimizan la sequedad que se produce por esta. De esta manera, síntomas como el dolor en el coito y el escozor vaginal se reducen o desaparecen.

Las opciones disponibles son:

Crema hidratante vaginal: Replens, Vagisil Feminine Moisturizer, Hyalo Gyn, entre otras.
Lubricante a base de agua o silicona para reducir las molestias durante la relación sexual.

Tratamiento hormonal
Cremas antibióticas.
Cuando los síntomas empeoran o no mejoran con los tratamientos anteriores, el médico sugiere utilizar terapia hormonal con estrógenos. Este tipo de medicación se puede emplear de manera local o sistémica. Los más usados son:

Crema vaginal con estrógeno
Anillo de estrógeno vaginal
Tableta de estrógeno vaginal
Píldoras, parches o gel de estrógeno
¿Tienes síntomas de atrofia vaginal? Es muy importante que consultes al ginecólogo.

Aunque muchas prefieren pasarlo por alto por vergüenza o por creer que es “normal” por la edad, es primordial recibir un tratamiento para que no interfiera en la salud.

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