12 pasos para fluir con la corriente, si estás estresado

 

No importa cuánta estructura creemos en nuestras vidas, no importa cuántos buenos hábitos construyamos, siempre habrá cosas que no podemos controlar, y si en cambio le permitimos a esas cosas controlarnos a nosotros, pueden resultar ser una gran fuente de ira, frustración y estrés.

La solución es aprender a fluir con la corriente.

Por ejemplo, digamos que has creado la rutina perfecta para una mañana pacífica. Has estructurado tus mañanas con actividades que te traen calma y felicidad. Pero luego, una tubería de agua se rompe en el baño y pasas tu pacífica mañana estresado tratando de limpiar el desorden y arreglar la tubería.

Te enojas. Estás decepcionado porque no lograste llevar a cabo tu rutina matutina. Estás estresado por todos estos contratiempos y cambios que se oponen a lo que estás acostumbrado a hacer. Y ahora no solo tu mañana esta arruinada porque también la pasarás frustrado el resto del día.

Sin duda esta no es la mejor manera de manejar las cosas, ¿verdad? Y, sin embargo, si somos honestos, la mayoría de nosotros tenemos problemas como este, con situaciones que alteran la forma en que nos gusta que cursen las cosas, con personas que cambian nuestra rutina, con la vida cuando no va de la manera que queremos que vaya.

” Fluir con la corriente “

¿Qué significa fluir con la corriente? Significa aprender a recibir los golpes. A aceptar el cambio sin enojarse ni frustrarse. Tomar lo que la vida te da, en lugar de tratar de moldear la vida para que sea exactamente como quieres que sea.

A continuación, te ofrecemos algunos consejos que te pueden ayudar a ir con la corriente y tener una vida más tranquila.

1. Date cuenta de que no puedes controlar todo

Probablemente todos somos conscientes de esto en algún nivel, pero la forma en que pensamos, actuamos y sentimos muchas veces contradice esta verdad básica. No controlamos el universo, y sin embargo parecemos desear que pudiéramos.

Todas tus ilusiones y ganas no harán que suceda. Ni siquiera puedes controlar todo dentro de tu pequeña esfera de influencia, sí que puedes tener influencia en algunas cosas, pero muchas otras simplemente están fuera de tu control.

Volviendo al ejemplo anterior, tú puedes controlar gran parte de tu rutina matutina, pero de vez en cuando ocurrirán cosas (alguien que se enferma, un accidente, una llamada telefónica a las 5 a.m. que interrumpe tu sueño, etc.) que te obligarán a romper tu rutina. El primer paso es darte cuenta de que estas cosas sucederán siempre.

No que “tal vez” podrían suceder, sino de que lo harán con certeza. Hay cosas que no podemos controlar que afectarán todos los aspectos de nuestras vidas, y debemos de aceptar eso, o nos frustraremos constantemente. Medita acerca de esto por un tiempo.

2. Toma conciencia

Este paso es extremadamente importante. No puedes cambiar las cosas en tu cabeza si no estás enterado de ellas. Tienes que convertirte en un observador de tus pensamientos, un autoexaminador. Ten en cuenta cuándo estás enojando, para que puedas hacer algo al respecto. Intenta mantener un conteo poniendo una pequeña marca en un cuaderno por una semana: cada vez que te enojes, agrega una marca.

Eso es todo, solo mantén el recuento. Y entonces, debido a este pequeño acto, serás más consciente de tu enojo y frustración.

Cuando te sientas enojado o frustrado, respira profundo. Inhala y exhala varias veces. Este es un paso importante que te permitirá calmarte y hacer el resto de las cosas en esta lista. Practica solamente esto y ya habrás recorrido un largo camino empezando a fluir con la corriente.

4. Observa desde otra perspectiva

Esto siempre es de mucha ayuda. Cuando te ocurra algún suceso desagradable, como que tu auto se descomponga o tus hijos arruinen el microondas, respira profundamente y da un paso hacia atrás.

¿Recuerdas esos momentos en una película en los que la cámara se aleja y entonces puedes ver mucho más de ese mundo dentro de la pantalla? ¿Cómo va del primer plano a una vista panorámica que muestra una nueva perspectiva de las cosas? Eso es lo que sucede en tu mente cuando eres consciente. Empiezas a alejarte, hasta que estás bastante lejos de las cosas.

Entonces, pase lo que pase el resultado ya no parece tan importante. Dentro de una semana, dentro de un año, este pequeño incidente no importará nada. A nadie le importará, ni siquiera a ti. Entonces, ¿por qué enojarse? Solo déjalo ir, y pronto no será un gran problema.

Es importante darse cuenta de que, al igual que cuando aprendes cualquier habilidad, probablemente no seas bueno en esto al principio. ¿Quién es bueno cuando apenas está aprendiendo a escribir, leer o conducir? Nadie. Las habilidades vienen con la práctica.

Por lo tanto, mientras aprendas a ir con la corriente, te equivocarás varias veces. Tropezarás y caerás. Está bien, es parte del proceso. Solo sigue practicando, y lo entenderás.

6. A pasos de bebé

Siguiendo la misma línea, toma las cosas dando pequeños pasos. No trates de convertirte en un Maestro Zen de la noche a la mañana. No trates de dar grandes zancadas: solo da pasos de bebé al principio. Así que haz que tus primeros intentos de ir con la corriente sean pequeños: céntrate en las marcas de conteo (mencionadas anteriormente) antes que nada. Luego enfócate en la respiración.

Luego trata de obtener una perspectiva después de respirar. Y primero puedes probar con las situaciones más fáciles: si tus problemas de trabajo son más fáciles de aceptar que las frustraciones con tus hijos, por ejemplo, comienza antes con el trabajo.

Ver las cosas de manera divertida en lugar de frustrantes, puede ayudar mucho. ¿Tu automóvil se averió en medio del tráfico y no tienes teléfono celular ni llanta de repuesto? Ríete de tu propia incompetencia. Ríete de lo absurdo de la situación.

Eso requiere una cierta cantidad de desapego: puedes reírte de la situación si estás por encima de ella, pero no dentro de ella. Y ese desapego es algo bueno. Si puedes aprender a reírte de las cosas, has recorrido un largo camino. Intenta reír incluso si no piensas que es divertido, lo más probable es que se vuelva divertido.

8. Escribe un diario

En realidad, este es uno de los mejores usos que le puedes dar a un diario. Una vez por día, trata de recordar porqué pusiste cada marca en tu contador de marcas, y luego escribe sobre esas situaciones. ¿Por qué te enojaste? ¿Qué intentabas hacer? ¿Funcionó?, y si no, ¿por qué no? ¿Qué puedes hacer la próxima vez? Este tipo de análisis y recolección de información, después del hecho, te ayudará a aprender del proceso.

Si no eres bueno para llevar un diario, al menos haz una revisión diaria en tu cabeza. Haz algo de meditación, o toma un baño o una taza de té caliente, y mientras te desestresas, repasa tu día y examínalo. No te frustres, estás aprendiendo.

Haz una respiración profunda, y luego revisa cada situación, tratando de verla como un observador desapegado. Este tipo de meditación te ayudará a mejorar en el proceso de aprendizaje.

10. Date cuenta de que no puedes controlar a los demás

Este siempre es uno de los mayores desafíos. Nos frustramos con otras personas porque no actúan de la manera que quisiéramos que actuaran.

Tal vez sean nuestros hijos, tal vez sea nuestro cónyuge o pareja, tal vez sea nuestro compañero de trabajo o jefe, tal vez sea nuestra madre o nuestra mejor amiga.

Pero debemos darnos cuenta de que están actuando de acuerdo con su personalidad, de acuerdo con lo que creen que es correcto, y que no van a hacer lo que queremos todo el tiempo. Y tenemos que aceptar eso. Acepta que no puedes controlarlos, acéptalos por lo que son, acepta las cosas que hacen. No es fácil, pero de nuevo, requiere práctica.

11. Acepta el cambio y la imperfección

Cuando las cosas resultan como a nosotros nos gusta, generalmente no queremos que cambien. Pero éstas cambiarán sin duda. Es un hecho de la vida. No podemos mantener las cosas tal y como queramos para siempre… en cambio, es mejor aprender a aceptar las cosas como son. Acepta que el mundo cambia constantemente y que somos parte de ese cambio.

Además, en lugar de querer que las cosas sean “perfectas” (¿y qué es perfecto de todos modos?), Debemos aceptar que nunca serán perfectas, y aceptar lo bueno de ellas en su lugar.

12. Disfruta la vida como un flujo de cambio, caos y belleza

¿Recuerdas la pregunta en el párrafo anterior acerca de qué es la “perfección”? En realidad, es una pregunta muy interesante. ¿Significa perfección una vida y mundo ideal que solo existe en nuestras cabezas? ¿Tenemos un ideal con el que tratamos de hacer que el mundo se acomode? Porque eso probablemente nunca suceda. En cambio, intenta ver el mundo tan perfecto como es.

Es desordenado, caótico, doloroso, triste, sucio … y completamente perfecto. El mundo es hermoso, tal como es. La vida no es algo estático, sino un flujo de cambio, que nunca se mantiene igual, siempre más desordenado y más caótico, siempre hermoso. Hay belleza en todo lo que nos rodea, si lo vemos como perfecto.

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