El SIDA dejaría de ser un problema mundial con una vacuna a punto de ser probada

El VIH/sida continúa siendo uno de los principales problemas para la salud pública mundial.

De acuerdo con los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se ha cobrado la vida de, por lo menos, 35 millones de personas.

En la actualidad es una de las enfermedades que siguen representando un reto para la comunidad científica.

Pese a que los tratamientos han evolucionado desde su descubrimiento, se siguen realizando investigaciones con el objetivo de hallar una cura.

Algunos argumentan que lo peor ya pasó. El tratamiento con antirretrovíricos ha servido para que millones de pacientes lleven un estilo de vida relativamente normal.

No obstante, no podemos negar que el virus continúa siendo una sentencia de muerte para muchas personas.

La buena noticia es que tanto la medicina como la farmacéutica siguen obteniendo avances relevantes contra la enfermedad. Así pues, cada vez podríamos estar más cerca de la cura.

Ahora, en África, continente donde el VIH/sida es una de las principales causas de muerte, se han lanzado dos nuevos estudios con los que se busca el avance tan anhelado.

Una vacuna que renueva las esperanzas en la lucha contra el VIH
La compañía Johnson & Johnson (J&J), en unión con los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU. (NIH) y la Fundación de Bill y Melinda Gates (Fundación Gates) ha desarrollado un nuevo tratamiento que pretende mejorar el pronóstico de los pacientes con VIH.

Se trata de una combinación de dos vacunas que serán probadas en 2600 mujeres en el sur de África en el transcurso de los próximos tres años.

La primera dosis pretende preparar el sistema inmunitario, mientras que la segunda buscará aumentar la respuesta del cuerpo contra el ataque del VIH.

En esta se emplea la llamada tecnología de “mosaico” que combina proteínas inmunoestimulantes de distintas cepas de VIH que, con suerte, podrían llegar a prevenir la infección.

Avances importantes…
Paul Stoffels, director científico de J&J  expresó que se espera que la vacuna contra el VIH alcance una efectividad superior al 50 %.

“Ese es el objetivo”, afirma Stoffels. “Con suerte, conseguimos mucho más”.

En noviembre de 2016 también se lanzó una prueba de otra vacuna contra el VIH en Sudáfrica. Esta es la primera vez en más de una década que se prueban dos grandes vacunas (simultáneamente) contra esta enfermedad.

Por otro lado, además del prometedor estudio de J&J, la iniciativa ViiV Healthcare, cuya propiedad mayoritaria pertenece a los laboratorios farmacéuticos GlaxoSmithKline, lanzó otra prueba en la que se involucrará a 3200 mujeres de África subsahariana.

Este último, que también está respaldado con fondos del NIH y la Fundación Gates, las pacientes recibirán cada dos meses la inyección de un medicamento experimental, cabotegravir, para evaluar su capacidad contra el VIH.

Las mujeres se han convertido en un foco importante en la lucha contra las enfermedades de transmisión sexual, ya que en África corresponden a más de la mitad de todas las nuevas infecciones de VIH diagnosticadas.

Herramientas prometedoras para la prevención
¿La aplicación de estos nuevos tratamientos contra el VIH en personas se ha convertido en uno de los avances más importantes contra la enfermedad.

La gerente de iniciativas comunitarias de salud en Trillium Health, Kristen Lanphear, expresó en Futurism que estos dos nuevos estudios africanos son de gran importancia porque “más vale prevenir que curar”.

Además, añadió: Ambos desarrollos son nuevas herramientas potenciales muy interesantes en la caja de herramientas de prevención.

Si bien una cura todavía es una posibilidad, la prevención es una forma factible de terminar realmente con la epidemia de VIH. Cuantas más herramientas tengamos, más rápido podremos alcanzar ese objetivo.

Lo más interesante del tratamiento, de acuerdo con Lanphear, es que, a diferencia de otros medicamentos probados contra la enfermedad, estas inyecciones “se basan menos en la acción continua y permiten un compromiso puntual o episódico con un comportamiento saludable”.

Sin embargo, dado que las pruebas apenas están comenzando, es apresurado asegurar su éxito. El virus afecta de forma diferente a cada persona y puede volverse resistente a los medicamentos previamente efectivos.

Pese a esto, hay muchas expectativas con estos nuevos estudios y, aunque se tomarán algunos años para determinar cuán viables son, podrían convertirse en el avance que todos esperamos desde hace años.

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