Dieta para el síndrome del intestino irritable: más común en mujeres, que hombres



Qué es la dieta FODMAP

 
El síndrome de intestino irritable es una afección digestiva crónica que se caracteriza por una sintomatología difusa y no muy definida, siendo muchas veces denominado colon irritable.

Por localizarse las molestias preferentemente en la zona final del aparato digestivo, el intestino grueso, cursa con dolor abdominal, distensión abdominal, meteorismo, sensación de pesadez, alternancia de procesos diarreicos y estreñimiento, etcétera.

Para que el diagnóstico pueda realizarse de manera rotunda, han de sufrirse estos síntomas, de forma repetida, durante algunos meses.

Aunque no es una patología grave, si tenemos en cuenta sus consecuencias, sí produce un descenso en la calidad de vida de las personas que la padecen, impidiendo, en muchas ocasiones la realización de actividades cotidianas como salir a comer fuera, realizar excursiones u otro tipo de acciones, sobre todo si giran en torno a la comida.

Las causas no están claras a pesar de ser una enfermedad con una alta prevalencia, entre el 10-15% de la población parece sufrir de intestino irritable.

Es más común entre las mujeres que entre los hombres, y se presenta con mayor frecuencia y agresividad en países y zonas más desarrolladas y parece que tiene mucha relación con niveles elevados de estrés, nerviosismo y un ritmo acelerado de vida.

Hasta el momento no tiene cura, pero sus efectos se pueden paliar de manera notable. Para ello, las principales recomendaciones pasan por llevar una vida ordenada con reducción del estrés y de las prisas, y llevar un control de lo que se ingiere día a día.

Tratamiento dietético conservador del síndrome del intestino irritable

Tradicionalmente, al tratarse de sintomatología digestiva, el tratamiento del síndrome del intestino irritable ha ido encaminado a paliar los efectos inmediatos. Así:

Si aparecía distensión abdominal, se controlaba la cantidad de líquidos y la producción de gases.
Ante la flatulencia, se restringían los alimentos más conflictivos como legumbres o coles.

Y para los intervalos de diarrea/estreñimiento se pautaban dieta astringente y laxante en sus distintas versiones o grados, con control de la fibra dietética hacia la reducción o el aumento según el estado digestivo.

Una nueva opción de la que se habla mucho últimamente y cuyos efectos positivos parecen estar confirmándose en diversos estudios clínicos sería la implantación de la dieta FODMAP, que se basa en excluir de la alimentación ciertos alimentos, especialmente aquellos con hidratos de carbono a los que el intestino le cuesta absorber. 

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