Esto es el (descomunal) pene en espiral de un pato, y por fin sabemos por qué es así

Las imágenes nos muestran el instante en el que un pato decide que es un buen momento para desenvainar su descomunal y extraño pene.

Hasta ahora, existían ciertas dudas acerca de la naturaleza del tamaño de sus miembros. Un nuevo estudio en Nature ha puesto fin al misterio, al menos en parte.

Existen muy pocas especies de aves que tengan pene. Los patos, como podemos observar, están en ese grupo.

Además, se han ganado a pulso la reputación de animales con el miembro más extraño del reino. Algunas familias de machos tienen genitales en espiral, más parecidos a un sacacorchos que a otra cosa. Su forma se debe a la vagina de las hembras, similares a “laberintos” con callejones sin salida y falsos pasajes.

Además, hay penes y penes entre los patos. Un grupo de investigadores en Alaska, capitaneados por la científica Patricia Brennan, encontró un pato zambullidor (Oxyura jamaicensis) con un miembro de 42 centímetros de largo, récord mundial hasta la fecha.

Brennan es también la autora principal del nuevo estudio, The Auk: Ornithological Advances, donde trató de averiguar si el entorno social de los patos afectaba al crecimiento y el tamaño final de su miembro. Dicho de otro modo: entender qué razones biológicas hay detrás de la curiosa forma y tamaño de sus penes.

Hasta hace poco, se sabía que los animales eran capaces de contraer y expandir su miembro hasta 10 veces dependiendo de la temporada. Ahora, parece que su potencial depende de la competencia sexual. Brennan y su equipo encontraron que, a mayor número de competidores sexuales masculinos, existen mayores probabilidades de que los penes crezcan más y más rápido. Según el estudio:

Algunas especies de pato se han ganado a pulso la reputación de animales con el miembro más extraño del reino. Ciertas familias de machos tienen genitales en espiral, más parecidos a un sacacorchos que a otra cosa

Para llevar a cabo su estudio, los investigadores compararon dos especies: los malvasía canelas (muy promiscuos y con penes relativamente largos), y los porrón bola (penes relativamente cortos y con parejas estacionales).

Ambas se observaron en dos tipos de escenario diferentes con el sexo como contexto. Mantuvieron a los patos cautivos en pareja o grupos durante la temporada de cría en un período de dos años. Los resultados mostraron que los machos de porrón bola tenían penes más largos en promedio cuando se encontraban en grupo con otros machos, en comparación con los que vivían en pareja. Aparentemente, la competencia los estimuló para destacarse entre la multitud.

Oxyura jamaicensis. Wikimedia Commons

Pero para los malvasía el resultado fue mixto. Muchos machos no alcanzaron la madurez sexual hasta el segundo año. Cuando lo hicieron, a los que estaban en grupos les creció el pene más rápido que a los que estaban en parejas, aunque no a todos a la vez.

Brennan explica que esto se da porque los machos malvasía enfrentados a la competencia pueden compensar estratégicamente su desarrollo entre sí para reducir los costes de la agresión entre ellos.

Además, al tener un pene promedio más largo que la mayoría de especies acuáticas, su capacidad para crecer en base a señales sociales es más limitada.

La investigación, publicada en Nature, concluye que su estudio muestra hasta qué punto el nivel de competencia que experimentan los machos puede tener un efecto sobre sus miembros.

Algo insólito, ya que el único otro animal que se sabe que modifica sus genitales de acuerdo con el entorno social es el balano, un crustáceo cuyo pene crece más largo cuando su colonia está muy poco poblada.

Sea como fuere, ahora sabemos que algunos de estos patos son capaces de agrandar sus miembros únicamente para poder rivalizar con otros machos.

¿Quedará algún otro secreto? Para Brennan no hay duda de que sí. Tanto, que la investigadora planea continuar su trabajo, “es un ejemplo fascinante de otra forma en que la evolución puede acabar dando genitales de lo más elaborados”. [The Auk: Ornithological Advances via National Geographic]

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