Por qué los suplementos vitamínicos pueden ser peligrosos

Con el paso de los años, el poder de la vitamina C y muchos otros suplementos dietéticos ha encontrado poco respaldo científico. Los investigadores -sobre todo en los 90s- basaban sus teorías en el hecho de que la vitamina C es un antioxidante, este grupo de moléculas incluye también la vitamina E, el betacaroteno y el ácido fólico.

Se creía que sus beneficios surgían del hecho de que neutralizan moléculas altamente reactivas llamadas radicales libres.

Pero a finales de los 50, se identificó por primera vez estas moléculas como un posible peligro. Denham Harman, del Laboratorio Donner de Física Médica en la Universidad de Berkeley, en EE.UU., argumentó que los radicales libres pueden conducir al deterioro celular, a la enfermedad y, en última instancia, al envejecimiento prematuro.

Como si fuera un flujo por debajo de las células que alimenta una serie de molinos de agua, este se mantiene a través de cuatro proteínas, cada una incrustada en la membrana interna de la mitocondria, impulsando la producción del producto final: energía.

Esta reacción es un proceso imperfecto. Hay una fuga de electrones de tres de los "molinos de agua" celular, cada uno capaz de reaccionar con moléculas de oxígeno cerca.

El resultado es un radical libre, una molécula radicalmente reactiva con un electrón libre.

Para recuperar la estabilidad, los radicales libres causan estragos en las estructuras que los rodean, extrayendo electrones de moléculas vitales como el ADN y las proteínas para equilibrar su propia carga.

A pesar de ocurrir a pequeña escala, la producción de radicales libres -dicen Harman y muchos otros-, gradualmente afecta a nuestro cuerpo, al causar mutaciones que pueden conducir al envejecimiento y enfermedades relacionadas con la edad como el cáncer.

A partir de estas investigaciones, los radicales libres comenzaron a ser vistos como enemigos que debían ser purgados de nuestros cuerpos.

Por lo que, lejos de protegernos de enfermedades, un estudio encontró que los suplementos vitamínicos incrementaron la incidencia de cáncer de pulmón entre fumadores.

En la dosis correcta, la vitamina C neutraliza los radicales libres altamente cargados, aceptando su electrón libre. Pero al aceptar un electrón, la vitamina C se convierte en un radical libre, capaz de dañar las membranas celulares, las proteínas y el ADN.

Los radicales libres modulan cuando una célula crece, cuando se divide en dos, y cuando muere. En cada etapa de la vida de una célula, los radicales libres son vitales.

Sin ellos, las células seguirían creciendo y se dividirían incontrolablemente. Una palabra define esto: cáncer.

Dicho de otra manera, liberarnos de los radicales libres con antioxidantes no es una buena idea. "Dejaría al cuerpo desamparado contra algunas infecciones", dice Antonio Enríquez, del Centro Nacional de Investigación Cardiovascular de Madrid.

Nadie niega que la vitamina C es vital para un estilo de vida saludable, al igual que todos los antioxidantes, pero a menos que estés siguiendo órdenes del médico, estos suplementos rara vez van a ser la respuesta para una vida más larga.

Fuente: derf 

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