â??Inemuriâ?: El secreto de los japoneses para reponer fuerzas rápido

'Inemuri' significa, literalmente, “presente mientras se duerme”. Su sentido es en sí mismo paradójico, algo parecido a nuestro "dormir despierto"

Varias personas regresan a casa después de un largo día de trabajo en el siempre abarrotado metro de Tokio. Incluso de pie, sus cabezas caen por el excesivo cansancio acumulado, pero nadie se preocupa de ello, nadie se atreve a molestarlos. Parece que estén durmiendo, pero nos equivocamos: los japoneses no hacen la siesta, hacen el ‘inemuri'.

Lo hemos visto varias veces en los manga y en el anime, se trata de ese momento cómico y corriente en el que un personaje se queda medio grogui en clase, en el trabajo o en cualquier otra situación cotidiana.

El valor que se da a la vida profesional en Japón es exagerado. Los trabajadores nipones llenan cualquier hueco de sus agendas y reducen, incluso, las horas de sueño de manera extrema si lo consideran necesario para sus carreras. Las tasas de desempleo en este país son mínimas y se piensa que si alguien no tiene una ocupación es porque no quiere. Muy significativo es que en el país del sol naciente dispongan de términos tan espantosos como ‘karoshi’, es decir, “muerte por exceso de trabajo”. Desde hace varias décadas la mortalidad por complicaciones derivadas de un horario laboral excesivo, que desembocan en ataques cardiacos y derrames cerebrales, se ha disparado.

En los últimos meses, el gobierno nipón ha adoptado varias medidas de urgencia para frenar los suicidios ocasionados por la presión laboral o ‘karojisatsu’. El estrés escolar ha provocado también que la cantidad de menores de 18 años que se quita la vida llegue a alcanzar cifras desorbitantes desde el punto de vista de un ciudadano occidental. Teniendo en cuenta la inhumana situación de la población activa es normal que existan pequeños gestos de condescendencia que pasan desapercibidos para los japoneses y el 'inemuri' es, precisamente, uno de ellos.

Dormir o no dormir

El 'inemuri' no es sinónimo de dormir. Significa, literalmente, “presente mientras se duerme”. Su sentido es en sí mismo paradójico, algo parecido a nuestro dormir despierto.

Si bien quedarse algún minuto de más retozando sobre el futón es para los japoneses un signo inexcusable de pereza, este hábito, sin embargo, está permitido como una pequeña trasgresión de las normas, e incluso en casos concretos puede contemplarse como positivo, ya que es una demostración de que se ha trabajado hasta la extenuación.

Se permite así que un empleado pueda quedarse en este estado hasta en una reunión de trabajo. Se llega a perdonar el 'inemuri' en tales eventos porque pueden prolongarse durante demasiadas horas. Según cuenta Brigitte Steger para la BBC, como en los Juegos Olímpicos, lo importante para los japoneses es participar, incluso aunque uno esté exhausto o enfermo. Acudir a un encuentro laboral en estas condiciones es una forma de demostrar responsabilidad, a pesar de no encontrarse el individuo al 100% de sus capacidades.

Mujeres, hombres y niños se muestran desinhibidos a la hora de quedarse adormilados en los bancos de la calle o en los transportes públicos. Eso sí, el 'inemuri' implica que cuando se está en el puesto de trabajo, los servicios del empleado pueden ser requeridos de manera inmediata, sin mucho tiempo de transición entre el reposo y la actividad.

Por qué hay que practicar el 'inemuri'

La teoría más extendida es que lo saludable es respetar las ocho horas de sueño seguidas. La realidad es que ni todas las culturas ni en todos los periodos de la historia dicha propuesta ha sido una práctica estándar. Por ejemplo, en muchos países donde la siesta ha sido una costumbre era corriente no dormir tantas horas por la noche y levantarse con la primera luz del día. Se aprovechaba después “la hora sexta romana”, la hora solar sexta, correspondiente a las doce del mediodía, para realizar un segundo descanso que no solía superar la hora.

La siesta es una consecuencia natural del descenso de la sangre desde el sistema nervioso al sistema digestivo después del almuerzo, lo que provoca una somnolencia en parte inevitable.

Con esta práctica, la población campesina se protegía también del calor en el instante de la jornada en el que el sol se encuentra en su punto más alto, cuando no conviene trabajar ante los riesgos de quemaduras, insolaciones, etc.

Al igual que la siesta, el ‘inemuri’ nace como una respuesta fisiológica de nuestro cuerpo que, ante un momento de fatiga puntual, está pidiendo un poco de reposo.

El problema es que desde nuestra cultura, a diferencia de Japón, consideramos dicha acción como una demostración de holgazanería. Teniendo en cuenta que el debate sobre el horario partido está de plena actualidad, la posibilidad de que la siesta comience a desaparecer como hábito es evidente.

¿Es el ‘inemuri’ una alternativa? Lo cierto es que a veces nuestro cuerpo nos la juega y nos pide un descanso a traición. Aceptar que alguien pueda necesitar una pequeña cabezadita es admitir también sus limitaciones, al tiempo que un bello gesto de condescencia y comprensión frente al agotamiento ajeno.

Fuente: El Confidencial

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