Pasos para desintoxicar tu cuerpo y bajar algunos kilos

Si comiste más de lo habitual, sientes tu cuerpo pesado o la culpa te persigue, ¡libérate! Sigue nuestros consejos para desintoxicar y retomar una alimentación sana y equilibrada.

Comer tiene una función social. Y el periodo de fiestas de fin de año hace más evidente ese aspecto. El problema es que juntar, en pocos días, más de tres comidas abundantes, supone una agresión a nuestro metabolismo, que se traduce en un indeseado aumento de peso y en una sensación de baja energía.

El resultado es que la culpa nos acompaña y sentimos frustración, especialmente si el bikini o el short que usaste el verano pasado no te queda igual. Pero recuerda, nunca es tarde para empezar, así es que nuestra propuesta es comenzar limpiándonos este 2017, ¡anímate!

Bárbara Barrera, nutricionista de Red de Salud La Araucana, señala que si en general durante el año mantenemos una alimentación sana y equilibrada, cenas como las de Navidad y Año Nuevo no nos debiesen haber afectado tanto. "El tema es recuperar y mantener la alimentación saludable y privilegiar las proteínas magras, como los pescados, las ensaladas y las verduras". Evitar las grasas y el azúcar también son factores relevantes. "La época de verano es ideal para comer más saludable e iniciar un proceso que podamos mantener en el tiempo, porque es cuando encontramos más opciones disponibles de frutas y verduras".

Desayuna un batido

Un buen comienzo para contrarrestar los excesos es desayunar cada día un batido o smoothie. Un batido de fruta y verdura tiene como objetivo descargar el tubo digestivo, y a la vez ayuda a desintoxicar el hígado. Por ejemplo, mezcla apio, manzana, jengibre y limón. El contenido en vitaminas y minerales ayuda a contrarrestar los excesos alimenticios.

Comidas ricas en vegetales

La fibra de los vegetales favorece el descanso digestivo en los momentos que los compromisos y eventos de estas fechas se terminan. Un ejemplo: prefiere una ensalada verde al almuerzo y una crema de verduras por la noche (sin crema). Evita frituras, salsas y alimentos procesados, y ten precaución con los aliños. Idealmente consume aceite de oliva extra virgen –sin superar tres cucharadas por día– y acompáñalo de vinagre, limón o mostaza. Otra buena opción es comer verduras crudas; como al estómago le cuesta más trabajo digerirlas, gasta más calorías. Además, aportan más vitaminas y minerales.

Toma agua y vino tinto

No debes tener sed para beber agua. Acostúmbrate a beberla sin tener sed. "Si limitas el líquido, los riñones sólo trabajan para eliminar las toxinas que se forman en las comidas recientes, en cambio, si mantienes el organismo en constante hidratación, lo ayudas a eliminar las grasas acumuladas".

Añádele una rodaja de limón, pepino, naranja, apio o unas hojas de menta para darle un toque de sabor. Y puedes tomar vino tinto, menos calórico que el blanco –70 Kcal frente a 100 Kcal– y que además protege de enfermedades cardiovasculares, aumenta la secreción gástrica y estimula la digestión.

Eso sí, una copa te debe durar hasta el postre, alternándola con agua. Las bebidas, además de contener mucha azúcar, tienen gas, que dificulta la digestión, y son descalcificantes debido al ácido fosfórico que contienen.

No evites la cena

Es preferible cenar liviano, pero comer algo antes de acostarse. De preferencia, proteína y verdura. El pescado es una buena opción. Saltarse la cena puede provocar ansiedad por comer y hacerlo en grandes cantidades en la siguiente ingesta.

Ten presente que durante la noche tenemos la insulina y la leptina altas, por el estrés del día, la falta de ejercicio y el desequilibrio alimentario (largos períodos sin comer); si no cenamos, estos marcadores guardan grasa toda la noche. Es aconsejable una cena compuesta por una ensalada verde, un carbohidrato de digestión lenta –pasta– y un alimento proteico como pescado, huevo o carne de ave.

Cuidado con el pan

Si no puedes dejarlo, busca el de "masa madre", artesanal, el que tiene agujeros en la miga. También es una buena opción el pan integral, ya que aporta fibra, con menos calorías, y sacia más.

Idealmente cómelo sin grasas innecesarias, como mantequilla o margarina, y acompáñalo de tomate, quesillo o fiambres magros como el pavo, y resérvalo para el desayuno, colación o merienda.

Chao lo "light"

Por si no lo sabías, los productos "light" nos incitan a consumir más cantidad ante la falsa creencia de que no engordan. Los alimentos light tienen aproximadamente un 30% menos de calorías que los normales, por tanto, aportan menos energía.

De hecho, varios son muy calóricos por su propia naturaleza, como la mayonesa light o la margarina light, por ejemplo. Los integrales, en tanto, ayudan a regenerar el ritmo intestinal y tienen efecto saciante, pero su aporte energético no varía respecto a un producto similar refinado. Se deben consumir con prudencia.

Realiza un ayuno intermitente

Consiste en no ingerir alimentos sólidos durante 16 horas seguidas, por ejemplo, entre el almuerzo y el desayuno del día siguiente.

Es más posible de realizar porque aprovechas las horas de descanso de la noche. Si te cuesta demasiado, se estima que para empezar a obtener algunos resultados lo mínimo es respetar 12 horas seguidas de ayuno.

Aumenta la actividad física

El consejo es hacer actividad física aeróbica en ayunas para favorecer la degradación de grasa tras 20-25 minutos de ejercicio.

O bien hacer actividad física intensa anaeróbica (mejor si es en ayunas) durante un periodo de no más de 25 minutos, puesto que se trata de actividad de alta intensidad y de este modo se obliga al cuerpo a quemar grasa de forma rápida.

Fuente: nuevamujer 

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