Científicos logran crear por primera vez una línea de tiempo de un cáncer

Después de lamentar su muerte, los médicos de un hombre diagnosticado con cáncer de intestino, agradecieron a los familiares deudos por el aporte que hizo en los últimos años para la investigación médica.

El paciente logró conducir a los investigadores a la creación de la primera línea del tiempo de la enfermedad, desde el origen hasta la propagación y finalmente su muerte. Los resultados suponen un nuevo paso en el entendimiento del cáncer.

¿Pero por qué es importante este estudio completo? Las peores noticias cuando existe con un diagnóstico de cáncer es cuando los médicos descubren que el tumor tiene metástasis (se ha extendido a otras partes del cuerpo causando tumores secundarios).

Los investigadores del ICR analizaron la metástasis del cáncer intestinal en un paciente (iStock)

Además, ocurre que es extremadamente complicado fijar el momento de la metástasis, por eso el estudio de la línea del tiempo es tan importante. Según explica Andrea Sottoriva, una de las autoras del trabajo e investigadora del Instituto de Investigación del Cáncer (ICR) de Londres: "Seguir o incluso predecir mejor el comportamiento de un cáncer será clave para planear nuevas estrategias de tratamiento que apunten a los tumores con fármacos en el momento exacto para el efecto máximo".

Los investigadores del ICR analizaron la metástasis del cáncer intestinal en un paciente que tuvo un efecto secundario desafortunado de una prueba de diagnóstico. A medida que la enfermedad progresaba, ese efecto secundario significaba que los médicos sabían exactamente cuándo había surgido uno de los tumores secundarios del hombre. De esta forma pudieron llevar acabo la cronología más precisa del desarrollo del cáncer que se había descrito en un paciente.

El hombre fue diagnosticado con cáncer de intestino por primera vez en el 2008, por lo que le recomendaron someterse a una cirugía. Pero los médicos también encontraron un nódulo en su pulmón con el que decidieron estar atentos a las evoluciones en caso de que resultara ser canceroso.

Al paciente le descubrieron un nódulo en el pulmón (Shutterstock)

Tres años después, en el 2011, se realizó la biopsia del nódulo utilizando una técnica común: llegar con una aguja hasta él para extraer una muestra a fin de realizar un análisis. ¿El resultado? Como se sospechaba, resultó ser un tumor secundario y el paciente recibió otra cirugía.

Por desgracia, la biopsia también había producido un efecto secundario poco frecuente que ocurrió cuando las células cancerosas extraídas de la muestra se dejaron en el tejido del paciente. Dos años más tarde los médicos descubrieron otro tumor en la pared torácica del hombre, precisamente donde se había realizado la biopsia. Tenía otras metástasis, aunque fueron las células cancerosas originadas por la aguja lo que se convirtió en la llave para desbloquear el caso.

Tumor como marca de tiempo

A partir de entonces los científicos usaron ese tumor como una marca de tiempo para calibrar todos los otros tumores en el cuerpo del paciente. Usando el análisis genético de las mutaciones de células cancerosas emparejadas con el modelado matemático construyeron un cronograma completo desde el momento en que el cáncer surgió por primera vez en el intestino.

El tumor alojado en el intestino fue la clave para los médicos (Shutterstock)

Explica Sottoriva: "Nuestra investigación fue capaz, no sólo de rastrear la evolución genética del cáncer, sino también de poner tiempos precisos en cada etapa de la progresión del cáncer. Las técnicas matemáticas que tomamos prestado para nuestro estudio fueron desarrolladas originalmente para medir el tiempo cuando nuevas especies de plantas y animales surgieron durante la evolución".

Normalmente el cáncer acecha en el intestino durante bastante tiempo antes de hacer un descanso y viajar a otras áreas. Sin embargo, en este caso el cáncer y su metástasis llegó a los pulmones en tan sólo un año. Más sorprendente aún, en lugar de propagarse rápidamente, la enfermedad disminuyó la velocidad.

Desgraciadamente, el paciente murió en el 2015 de otra metástasis (en los riñones), pero tanto él antes de morir como su familia concedieron a los investigadores el permiso para completar el estudio y unos resultados únicos en la historia de la medicina.

Como dice la propia Sottoriva, si llegamos a poder predecir mejor la propagación del cáncer intestinal (y en el futuro de otros), tenemos la mejor de las oportunidades para tratarlo con éxito.

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