Cuando salimos con el auto y no tenemos más remedio que dejarlo estacionado al rayo del sol, nos alejamos gruñendo por lo bajo y haciéndonos cruces porque sabemos que al regreso no tendremos más remedio que meternos en una caja de lata similar a un horno.
Pero el calor acumulado no es el principal problema, sino lo que sucede cuando regresamos desesperados de calor e inmediatamente encendemos el aire acondicionado para refrescar el ambiente.
Con una temperatura exterior de tan sólo 16 grados, alcanza para que el benceno que contienen estos gases asciendan a 2000 e incluso 4000mg, que es una cifra 40 veces por encima de lo permitido.
Este benceno tiene efectos nocivos para la salud y afecta directamente el hígado, los riñones y el tejido óseo.
El cuerpo cuenta con mecanismos de defensa que después de un tiempo pueden degradar estas sustancias peligrosas para la salud, pero desde luego, no es a corto plazo. Mientras tanto, estos químicos nocivos afectan nuestra salud.
En todos los manuales de los autos se destaca que se deben abrir las ventanas de los autos antes de encender el aire acondicionado y se alega como explicación que esto le quita rendimiento al motor y lo hace trabajar demasiado exigido, cuando en realidad debería advertir sobre este riesgo.
¿Qué dicen los médicos?
Cuando encendemos el aire acondicionado de un auto, antes de que comience a refrigerar, el ventilador expulsa un aire caliente y minado de benceno. Es ese olor a plástico que sentimos y que pasamos a tomar como normal.
El benceno es un veneno lento, pero efectivo. Entre sus muchas consecuencias podemos citar:
- Problemas óseos.
- Reducción de células blancas.
Los especialistas aconsejan abrir las ventanas al momento de encender el aire acondicionado durante unos minutos con el fin de que este elemento tóxico se disuelva en el aire y no estemos encerrados dentro de un vehículo respirando sustancias nocivas.
